Apuntes #23
Apuntes sobre el hastío
Gala Garrido
Apuntes #23
Ofelia,
Parte I
Arthur Rimbaud
Este libro de Rimbaud era de mi mamá, siempre estuvo junto a uno de Baudelaire, como si fueran libros siameses. Fueron los primeros libros de poesía que leí en mi vida, estaban en la parte más alta de la biblioteca del estudio de mi mamá, sentía que eran prohibidos, así que los buscaba en la noche con mucha cautela de no hacer ruido y los volvía a regresar más tarde. También los abría en las tardes al regresar del colegio, cuando no había nadie en casa, solo mi perro Toby y yo. Leía los poemas una y otra vez aunque no entendiera nada, los leía como si fueran hechizos, recetas extrañas, llaves secretas a otros mundos. Siguen siendo minerales extraños, piedras tornasoladas, y definitivamente llaves que abren puertas inadvertidas. Hasta el día de hoy los leo como si fueran un secreto inconfesable y los mantengo en mi biblioteca uno junto al otro, jamás me atrevería a separarlos, podría romper algún hechizo.